Un tipo diferente de archivo, un tipo diferente de destino.
En 411, un juego de terror en primera persona al estilo de Amnesia y otros, juegas como un estudiante que espera transferir archivos de un ordenador averiado de doce años a otro más moderno. Pero las cosas no son como parecen: ni con el ordenador, ni con tu entorno, y ni siquiera contigo.
Sin guía
La jugabilidad de 411 es muy sencilla, y las opciones que te ofrece lo reflejan. No hay formas de indagar más en la historia que se presenta, lo que puede ser frustrante, porque la redacción a veces es poco clara y no consigue transmitir conceptos importantes. También es difícil ajustar el brillo del juego, o los controles, al gusto. Más allá de eso, sin embargo, el juego ofrece una aventura oscura, de desplazamiento suave, con un objetivo claro (y algo original), con monstruos y locura en su interior.
Juega por la jugabilidad, tal y como es
En general, 411 tiene algunos elementos de la historia intrigantes, pero al final se cuenta de una manera lo suficientemente confusa como para que resulte difícil de entender. Lo que querrás es jugarlo por la atmósfera, por el horror y, sí, por los sustos. Si estás de acuerdo con el aspecto del juego por defecto, lo disfrutarás de principio a fin.
